Resumen “El genio y gusto en la estética kantiana» de Alejandro Escudero

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Resumen texto: «El genio y el gusto de la estética kantiana», Alejandro Escudero.

Con este texto el autor trata de hacer que nos planteemos  por qué el arte es bello, y si éste lo es porque procede de un  genio (artista), para ello, se apoya en la obra de Immanuel Kant, Crítica del Juicio (1970).

Inicialmente trata la diferencia con la cuestión de la belleza, y principalmente la existente entre el arte y la naturaleza. Arte, en su sentido más amplio, se refiere a todo aquel proceso de producción siguiendo cualquier tipo de reglas, planes o propósitos determinados; por lo tanto, en el proceso de producción artística deben trabajar juntos el fin y el concepto.

Pues, los productos del arte han sido elaborados por medio de una planificación racional, posición de un fin, y posterior ejecución iniciada por la voluntad. Teniendo en cuenta que razón y voluntad son productos esenciales y exclusivos del hombre; los productos del arte son obras de los hombres.

Por el contrario, los productos de la naturaleza se caracterizan básicamente porque en ellos es manifiesta la ausencia de todo plan o propósito, y por tanto, cualquier fin o concepto predeterminado. Volviendo a la cuestión de la belleza, tendríamos una belleza natural, y esta sería la única, no existiendo nada semejante a la bellas artes.  Es imposible en el ámbito delimitado de lo bello incluir fin o concepto alguno: una figura bella es una finalidad sin fin o una conceptualidad sin concepto. Pero de otra manera carga de legitimidad la diferenciación entre bellas artes y las artes útiles. Las bellas artes encuentran su razón en que son artes de genio. La genialidad, cualidad definitoria del artista que lo diferencia del artesano, viene a hacer posible que haya un tipo de entidades que pese a ser productos del arte,  sean,  a su vez, algo bello. En consecuencia, los productos de la naturaleza y los productos del arte sólo serán equiparables, en el ámbito de la belleza; “La naturaleza era bella cuando al mismo tiempo parecía ser arte, y el arte no puede llamarse bello más que cuando, teniendo nosotros conciencia de que es arte, sin embargo parece naturaleza”. De lo que se entiende, que el arte bello ha de aparecer como si fuera también un producto de la naturaleza, es decir, algo generado en ausencia de todo fin, plan o propósito determinado. Esto es posible porque,  el arte bello es arte del genio, capaz de crear obras planificadas y dirigidas sin que lo parezcan.

En este punto es importante, definir, siguiendo al autor, al artista como genio. Genio es el talento que da regla al arte; no es un hombre cualquiera, sino alguien hecho de unas cualidades excepcionales que se salen de lo común y corriente. El genio es una cualidad innata mediante la cual la naturaleza da regla al arte. El arte bello es obra de una fuerza productiva llamada naturaleza, la operación de esquematizar sin concepto propia de la imaginación productiva, raíz común desconocida de la sensibilidad y el entendimiento. Dato que da validez a esta afirmaciones es el caso de que los artistas no pueden explicar sus obras, ni a sí mismos ni a otros;  naturaleza, musas o inconstante inspiración es como llaman a ese don. Esta cualidad de genio no se puede enseñar pero tiene que ser disciplinada y cultivada, ya que si es dejada al azar se perdería.

Para terminar, decir que es la naturaleza y no el artista por sí sólo, quien da la regla al arte bello; el artista es un mediador y no el origen. Lo no humano, no espiritual de la productividad de la naturaleza en la producción artística del artista-genio tiene que ser pensada para comprender racionalmente la esencia del proceso creativo.

10DIC2010

POST: JDQ2012

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